Ese obcecado rechazo a los valores espirituales y morales es lo que nos tiene al filo del abismo, le quitaron a los padres la autoridad sobre los hijos y el legítimo derecho otorgado por la Providencia Divina de corregirlos y castigarlos cuando la situación lo amerite, como el drama que se vivió en una jefatura, cuando fue requerido un padre por la denuncia de un menor de haber sido disciplinado por su progenitor y la ser recriminado drásticamente con la consabida amenaza de ser encarcelado si se repetía la acción por las supremas autoridades, se levanto y dejo al jovenzuelo en la dependencia oficial y al ser llamado para que explicara porque no se lo llevaba simplemente dijo: encárguense Uds. de él, yo no voy a criar a un malandro, si las leyes no me permiten corregirlo, de seguro la sociedad puede contar con un nuevo delincuente y en eso a decir verdad, jamás podre contribuir. La ausencia de valores en la ultra-moderna sociedad, esta desequilibrando tanto a la humanidad que han llegado a la vesánica conclusión, de que nada es malo ni bueno, sino que todo es relativo y este es el resultado del caos y la anarquía que estamos transitando en esta vía dolorosa. Pero para los que aman a Dios aun esta forma moderna de iniquidad nos ayudara para bien, porque esto solo hace que se acelere mas rápidamente la venida del Señor.
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